Hasta hace poco, existía en la mente colectiva la idea del escritor pobre, que pasa penurias para llegar a fin de mes, y no vende un solo libro hasta que algunos años después de su muerte, alguien descubre y publica sus maravillosas letras.
Las grandes figuras mundiales de las ventas de libros, encabezadas quizás por J.K. Rowling, han cambiado esa idea: ahora, muchos jóvenes escriben con la idea de enriquecerse hasta puntos inimaginables.
Pero antes de eso, hubo algo motivando la literatura en todas las épocas de la humanidad.
El cuento baja calzones
Comencé a escribir cuentos el año en que murió Jaime Sabines. Sus poemas resonaban por todas partes, y, hasta sus más humildes declamadores eran abordados al final de las lecturas por desconocidos atractivos que querían, quizá, escuchar esas cosas al oído en su cama. Siendo un mal declamador, me uní al taller de creación literaria para tener mis propios poemas bajo el brazo, como carta de presentación para las mujeres en el futuro. Tenía 16 años y el corazón roto.Después de mucho andar por el taller, me di cuenta de que no tenía talento para los versos, y que desarrollarlo me iba a tomar mucho más tiempo que desarrollar algo que se me daba mejor: narrar.
Fui puliendo la técnica con los años (lo sigo haciendo, es una tarea interminable) y obteniendo satisfacciones romanticas y literarias en el camino.
Pero al autoevaluarme, era obvio que no había llegado a la meta inicial, los textos que abrieran corazones, puertas y piernas.
La friend zone
Hace pocos años se puso de moda el concepto de friend zone por todo el mundo. El concepto es un poco ridiculo y machista, pero no es el momento para discutir eso. Lo que importa para esta lectura es que me dio una pista del porqué de mi pobre exito con mi objetivo inicial de la literatura. Aparentemente, a una mujer no le queda muy claro que un hombre la pueda amar románticamente a ella. Así que las mujeres que amé y a las que les escribí no tuvieron la autoestima suficiente para darme crédito, pero cuando hay razones para creer que el texto lo hiciste para acostarte con ellas, lo creen, después de todo, todos somos iguales, ¿no?¿Porque escribir cuentos eróticos?
Las cartas sobre la mesa: como ser humano en edad reproductiva, a veces deseo entablar una relación erótica con un humano del sexo opuesto. Ya no soy un joven atractivo (que lo fui) pero tengo muchos cuentos eroticos bajo el brazo, y la pluma lista para la próxima musa.
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